Semillero

"La gente rica ve cada dólar como una semilla que puede plantarse para ganar cien dólares más, que después se pueden sembrar de nuevo para ganar mil más".


¿No es prácticamente un hecho que si siembras, cosecharás? Claro, influye mucho el medio ambiente, la atención que le das a la semilla, el tiempo que en promedio tardará en germinar (según lo que hayas sembrado), entre otros muchos factores. Sin embargo, lo común, es que, inevitablemente si sigues ciertos principios causales, cosecharás lo que sembraste, en la escala de tiempo predeterminada. 
Puede ser alegre o puede ser triste, eso depende de la semilla que hayas colocado bajo tierra. De los cuidados que le hayas dado, etc.
Posteriormente la semilla llega a su punto más crucial: la germinación. El proceso en el que sale de la oscura profundidad de la tierra y se muestra ante la luz, el momento más delicado.
Una vez alcanzando la luz, ya, lo más difícil ha pasado, ahora tienes que seguir con los cuidados, atentos, pero no tan delicados, ya es prácticamente inevitable su crecimiento, su frondosidad, los frutos de la vida causal. 
En metáfora esto podría aplicar a cualquier asunto personal, cualquier sueño, ideal, deseo, anhelo. Piénsalo un poco.
Volvamos a la frase del principio:  "La gente rica ve cada dólar como una semilla que puede plantarse para ganar cien dólares más, que después se pueden sembrar de nuevo para ganar mil más". 
La riqueza viene de la mente, traducida a la realidad. No puedes ser rico si no lo piensas, si no lo sientes, si no lo crees. La riqueza no es exclusiva del dinero. La riqueza puede ser espiritual, de amor, de salud, de dicha, de regocijo, la riqueza es un globo y tú vas flotando en él, ¿cuál es tu concepto? Es tu problema. ¿Puedes tenerlo todo, absolutamente todos los tipos de riqueza?, ¿qué es o que crees?
Si siembras --inviertes-- es posible que ese dólar se convierta en cien, que reinviertas y se conviertan en miles, millones, ¿por qué no? Es evidente A,B,C,D. Causa-efecto.

Si en tu mente, si en la vida, si en tu sentir y creencias, siembras amor, salud, prosperidad, abundancia, --cualquier cosa--, ¿qué cosecharás? Qué fácil respuesta. ¿Qué decidirás creer? Allí radica lo complicado. No puedes obtener nada que no creas posible, o nada de lo que no te sientas merecedor. 

Posteriormente, una semilla, una sola siembra, ya habiendo crecido, estando frondosa, fuerte, con raíces tremendamente grandes y profundas, liberará más frutos al suelo, más hojas, cuantiosas semillas de mayores posibilidades. Para poder crecer a gigantes, hay que tener raices fuertes, y para eso, a veces se requiere tiempo. A veces no vemos evidencia de nuestros proyectos, anhelos, deseos, sueños, en concreto, pero no significa que las cosas no se estén formando, ahí, en las oscuridad de la tierra.
Y en el momento que menos lo imagines, germina, crece rápidamente, y sólo queda el progreso expansivo exponencial. Una sola semillita, pequeñita, cambia vidas.

No puedo evitar poner el ejemplo del Bamboo. Tarda aproximadamente 5 años en germinar, sí, cinco años, bajo tierra, haciendo trabajo silencioso, cada vez más listo para la luz, para el clima, para los desafíos del exterior. Llegado el quinto año, crece en tan solo unas cuantas semanas, más de 20 metros. Cinco años y unas cuantas semanas ha tardado en pararse alto, detenerse, observar todo lo que ha conseguido, con paciencia, con fe, con persistencia, con constante intensidad, pequeños pasos que lo transformaron en gigante, la vida nunca vuelve a ser igual, nunca más, el proceso continuo de tu bosque ha comenzado. Primero es un "árbol", pronto un "bosque", y al final, más y más de lo mejor que tiene este mundo. Riqueza total y absoluta. Luz.
Silencio...

Bosque de Tlalpan, a categoría de Reserva de la Biosfera ...

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