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Mostrando entradas de 2019

Miedo al amor 2

Amor, amor amor. Miedo mutante al amor.  ¿Miedos? ¿Mutantes? Qué dirán. No ser correspondido. Al rechazo frío. A amar y no ser valorado. A amar y ser deliberadamente lastimado.  Miedo a que se extinga lo que recién comenzó.  Miedo, miedo, miedo.  El miedo nos puede someter, esclavizar, destruir. El miedo puede arrinconarnos a una vida detestable en la que nada funcione. El miedo es contracción, supresión, mal-estar anti-natural.  Me daría más miedo no intentarlo y acabar solo, con el corazón cerrado.  Amargado, en la oscuridad, sin querer ver la luz. Cegado por dolores que ya no son, que se escarban de ataúdes pasados. Prefiero la mutación del miedo al amor, la luz, con el fruto de sus persistentes maravillas.  El desarrollo exponencial e incesable del puro, presente y quemante amor.  Prefiero... antes que el miedo.  Amor, amor, amor. Sí al amor. Expansión, libertad, bien-estar natural.                                                               

Miedo al amor 1

Amor, amor, amor. Tenemos tanto miedo al amor, a sentir, a sufrir, y en consecuencia a la misma vida. A la fragilidad, a la exposición, a la vulnerabilidad. ¿Por qué? ¿Qué hemos vivido en el pasado que nos ha hecho tan temerosos ante las nuevas vivencias? Desconocemos la ferviente verdad que dice: lo que temes, atraes. Lo que eres, atraes. Lo que piensas, te conviertes (varias verdades, más bien).  Si es que no queremos algo, ¿por qué lo pensamos? Nos convertimos en aquello que tememos y con ello, atraemos precisamente todo aquello, para después preguntarnos, ¿por qué nos pasa esto?  Bueno, ya sabes porqué, porque así lo has vivido, hay una ley, y esa ley es de causa-efecto, es inevitable, movemos las piezas correctas del ajedrez de la vida para que todo lo que no deseamos pase.  ¿Por qué no simplemente actuar desde el amor, vivir desde el amor, y saber que todo eso provocará bellas consecuencias? A lo mejor esas consecuencias no son lo que tú "creías" que esperabas, p

Siameses II

Siameses, ¿por qué necesitamos estar pegados con nuestra pareja para demostrar amor? ´necesitamos´.  Nacemos solos, nos vamos solos, pero de alguna forma necesitamos estar pegados a alguien para poder tener un leve atisbo de lo que es la felicidad, o la plenitud, o la parcialidad compartida... Me genera mucha inquietud, ¿tan necesitados estamos emocionalmente de amor?, ¿tan quebrados?, ¿tan incompletos? ¿De dónde obtenemos el actuar hablado? Culturalmente dicho, es lo aceptado, tomarse de la mano, abrazarse, besarse, estar pegados, como siameses, tal cual, probablemente de forma patológica, no hay vida más allá, no hay plenitud, sólo vacío, vacuidad, nada que puedas ofrecerte a ti mismo, no hay otro mundo. ¿Por qué actuamos de esa forma? ¿Qué ganamos? Apego, miedo, inestabilidad. Biológicamente hablando, creo que ningún animal está la mayor parte del tiempo pegada a su “pareja”, o al otro animal con el que se aparea, ¿por qué nosotros sí? ¿Cómo nos ha dañado la evolución, o es

Siameses

Antes del meollo, expresándome, llevo tiempo sin escribir formalmente, sin preformar algo para un nuevo libro o para entradas profundas, que cabe decir, simplemente hago por hacer, no sé si sea por falta de inspiración (aunque sé que no y lo descarto después de escribirlo), por falta de material (de sentir que ya he dicho lo que debía, y que el mensaje ya está compartido), o por falta de ganas (al notar que el mundo está medio extraviado), es como fatalista, lo sé, el asumir que ya no hay remedio y que estamos inevitablemente destinados a la autodestrucción, dentro de mí, siento que no es así, pero a veces pierdo el sentir y la razón me indica lo contrario. A veces pierdo el sentido y la dirección, ¿para qué escribir? Al principio lo hacía por hacerlo, por amor a una pasión recién descubierta, y continúe haciéndolo así hasta terminar mis 4 obras, sólo porque sí, sólo por amor y por sentir, el perderse, entregarse ante la inspiración, no tiene comparación. Empero, ahora, sueño con

Semillero

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"La gente rica ve cada dólar como una semilla que puede plantarse para ganar cien dólares más, que después se pueden sembrar de nuevo para ganar mil más". ¿No es prácticamente un hecho que si siembras, cosecharás? Claro, influye mucho el medio ambiente, la atención que le das a la semilla, el tiempo que en promedio tardará en germinar (según lo que hayas sembrado), entre otros muchos factores. Sin embargo, lo común, es que, inevitablemente si sigues ciertos principios causales, cosecharás lo que sembraste, en la escala de tiempo predeterminada.  Puede ser alegre o puede ser triste, eso depende de la semilla que hayas colocado bajo tierra. De los cuidados que le hayas dado, etc. Posteriormente la semilla llega a su punto más crucial: la germinación. El proceso en el que sale de la oscura profundidad de la tierra y se muestra ante la luz, el momento más delicado. Una vez alcanzando la luz, ya, lo más difícil ha pasado, ahora tienes que seguir con los cuidados, atento

EGO

No tener aspiraciones ni buscar nada a partir del ego. Triunfar sin el ego. Superar el fracaso con fortaleza, no con el ego.