Música
Hay dos tipos de música: natural y artificial.
Dentro de la artificial podemos encontrar la burda y superficial, y la que enaltece el alma.
Dos clases con grandísimos niveles de separación. La primera no sirve, sólo es sonido puesto sobre letras que venden, ¿qué tan común es ahora en nuestros días? Sobresaturados de reggaeton en todas las estaciones de radio, millones de vistas en Youtube, ¿qué está pasando?
La segunda clase es la verdadera música, la que te llega, la que te hace sentir cosas, la letra que te mueve a imaginar, la que te hace viajar en tu interior; todavía existe sólo que no vende "tanto" como antes por lo que tienes que indagar más profundamente para encontrarla o preguntarle a algún amigo conocedor de ésta. No digo que esté mal escuchar la música artificial, cada quien sus gustos e intereses, no hay problema, sólo hago referencia al aspecto desde un punto distante lo más ecuánime posible.
En serio, pones la mayoría de las estaciones de radio y hay reggeaton para regalar, a veces hasta la misma canción repetida, ¡te la tienes que saber!, no puedes escapar del veneno reggeatonero.
Ahora, la música natural supongo que ya debes conocerla, y sino, has estado perdido mucho tiempo, déjame ayudarte.
Aquella que escuchas cuando estás en silencio, ésta no brota desde el interior (aunque podría hacerlo), viene desde el exterior, y me atrevo a enumerarla, aunque antes es necesario mencionar sus adjetivos calificativos: conmovedora, inspiradora, relajante, pacífica, universal, fluida, parlanchina, silenciadora, increíble, sanadora, promotora, amorosa, pura, inocua, innata...
Pon atención al silencio, ahí escucharás la música natural: el viaje del viento, el fluir del río, las gotas de lluvia sobre las tejas, la risa de un bebé, el sonido de la tetera al hervir, las pisadas al caminar sobre las hojas otoñales, el caudal de la cascada con la gravedad, las olas del mar al encontarse con la playa, la vibración de la velocidad, la luz y su polvo cósmico, a la infinidad...
Dentro de la artificial podemos encontrar la burda y superficial, y la que enaltece el alma.
Dos clases con grandísimos niveles de separación. La primera no sirve, sólo es sonido puesto sobre letras que venden, ¿qué tan común es ahora en nuestros días? Sobresaturados de reggaeton en todas las estaciones de radio, millones de vistas en Youtube, ¿qué está pasando?
La segunda clase es la verdadera música, la que te llega, la que te hace sentir cosas, la letra que te mueve a imaginar, la que te hace viajar en tu interior; todavía existe sólo que no vende "tanto" como antes por lo que tienes que indagar más profundamente para encontrarla o preguntarle a algún amigo conocedor de ésta. No digo que esté mal escuchar la música artificial, cada quien sus gustos e intereses, no hay problema, sólo hago referencia al aspecto desde un punto distante lo más ecuánime posible.
En serio, pones la mayoría de las estaciones de radio y hay reggeaton para regalar, a veces hasta la misma canción repetida, ¡te la tienes que saber!, no puedes escapar del veneno reggeatonero.
Ahora, la música natural supongo que ya debes conocerla, y sino, has estado perdido mucho tiempo, déjame ayudarte.
Aquella que escuchas cuando estás en silencio, ésta no brota desde el interior (aunque podría hacerlo), viene desde el exterior, y me atrevo a enumerarla, aunque antes es necesario mencionar sus adjetivos calificativos: conmovedora, inspiradora, relajante, pacífica, universal, fluida, parlanchina, silenciadora, increíble, sanadora, promotora, amorosa, pura, inocua, innata...
Pon atención al silencio, ahí escucharás la música natural: el viaje del viento, el fluir del río, las gotas de lluvia sobre las tejas, la risa de un bebé, el sonido de la tetera al hervir, las pisadas al caminar sobre las hojas otoñales, el caudal de la cascada con la gravedad, las olas del mar al encontarse con la playa, la vibración de la velocidad, la luz y su polvo cósmico, a la infinidad...
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