Presa de Presas

Cómo mamíferos pensantes que somos, ¿de verdad pensamos o somos presa absoluta de nuestro instinto de supervivencia? Tal cual los animales en la naturaleza, expresamente los mamíferos, con tendencia obligada a reproducirse para garantizar su linaje (inconscientemente). Repetimos esos patrones, una y otra vez. 

Una relación, con su consecuencia ordinaria que es el matrimonio, y por supuesto, ya sabes lo que sigue: embarazo. 

Y así y todo, repetidamente, ad infinitum. No vemos otra cosa en la actualidad, son escasos; aquellos y aquellas que piensan y eligen, que hacen las cosas diferentes porque les place, que evitan caer presa de los instintos animalezcos (y sí, somos en parte animales, sólo que nuestra consciencia, nuestro pensar, teóricamente está más avanzada).


¿Por qué somos un producto por default? No sabemos hacer otra cosa, es impresionante lo predecibles que llegamos a ser. Es la costumbre, es la imposición, es la obligación, ¿qué es? En verdad no lo sé. ¿Cuál es el miedo? ¿Cuál es el fin de traer una vida más? Son preguntas reales que me hago a mí mismo y que van para ti igualmente. 

Somos tan egoístas que nos aferramos a ideas arraigadas sin considerar las condiciones mundiales, ni nuestras condiciones personales. "quiero un hijo, necesito un bebé, queremos tener hijos". La hija no puede hablar por sí misma, no existe todavía. ¿Es una consecuencia natural el tenerlo, o algo que "debe suceder" porque así está establecida la norma?

¿Es tan burda la vida que el simple propósito de estar aquí es crecer, enamorarnos, casarnos, reproducirnos, criar, y reciclar el mismo sistema? ¿Así de simple? Quien lo hace cumple el objetivo de nacer, ¿no? Con gran sinceridad lo comento: No tengo la menor idea, pero internamente siento que no es así, que reproducirnos debería ser una consecuencia del amor, un subproducto de la meditación y consideración profunda de las implicaciones presentes, pasado y futuras. 

¿Es tan difícil ser auténticos? ¿Será tan difícil pensar a profundidad?

Me siento cómo máquina pre-programada, ejecutando tareas preestablecidas previamente en el código, sin escapatoria. Somos perfectos cómplices de esa ejecución. No podemos escapar del código escrito e implantado en nuestro cerebro por "la Matrix", somos minúsculos, carentes de pensamiento autónomo, de tomar decisiones analíticas, de usar nuestros procesos cognitivos a detalle, no tenemos esa capacidad, simplemente es así. Somos robots, máquinas, repitiendo una y otra vez lo que hemos sido programados para hacer, y así será, hasta que se acabe el mundo, o alguien, o alguna súper computadora, nos reprograme el código: "puedes pensar con libertad y elegir lo que deseas hacer, no hay código ya, ha sido eliminado, así que, ahora que vagas sin rumbo, sin dirección preestablecida, ¿qué harás?". 


¡Qué gran estupidez, y qué decepcionante verdad!

¿Tendremos miedo de extraviarnos, de tomar nuevos rumbos, de ser juzgados por el código, de deambular sin dirección preestablecida, de elegir frescos horizontes, presentes elocuentes y futuros diferentes, creados por la autenticidad y la novedad? 

¿Tan grande es el miedo que permea la sociedad? ¿Hasta dónde nos llevará, cuál será nuestro destino?

Una nube invisible de la cual todos somos cómplices, un tóxico que nos hace actuar igual. Miedo. Sólo miedo. ¿Donde está el amor? El verdadero amor. No el enamoramiento, eso no es amor. ¿Cuándo se nos olvidó? ¿Cuándo dejamos de ser únicos?, ¿hace cuánto pasó? Lo he olvidado, y no lo sé, pero no lo recordaría. Es así.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Recorrido

Raro

Lo noto