pT2

 ¿Alguna vez te has preguntado a dónde se te va la imaginación cuando no estás pensando?

O, ¿si algún día se te olvidara cómo respirar?, ¿qué harías? 

Seguramente entrarás en el pánico más grande tu vida, No habría pánico más grande que el mismísimo hecho de notar el instante en el que olvidaste cómo hacer la función vital más importante, ¡Respirar! 

Cuando haces las respiraciones de Wim Hof, hay un momento mientras estoy en exhalación completa, que llegas ahí, pero no cruzas ni conoces más allá del límite, Sientes esa conciencia, ese saber, ese reconocimiento de lo que está sucediendo, específicamente en tu cuerpo,

Y ahí, en ese preciso instante, la imaginación no existe, solo existe la idea obligada, no necesariamente con mi elección, sino con las respuestas químicas de tu cerebro gritando a todas las voces: ¡respira!

Y tú le dices, Pero no sé cómo,

Y él te contesta, ¡Yo tampoco!

Entonces llega el caos, un caos brutal, catastrófico, ¡todas las alertas!

Tenemos que respirar, pero, ¿cómo?, Si no me acuerdo cómo hacerlo,

Lo olvidé por completo, 

¿Qué vamos a hacer?

Lo único que nos queda es morir, no creo que sea tan malo,

Vista la calma, Qué curiosa manera de llegar,

Qué curiosa manera de presentarse, 

Y entonces, recuerdas, yo no sé respirar y no necesito saberlo, pues mi subconsciente lo sabe perfectamente y no se le olvida jamás, cuando yo me entrometo, altero la naturaleza del mismo, y entonces, afecto necesariamente a mis andares,  Y con ese andar, afecto mi capacidad de (des)acordarme de respirar, y entonces,  Ni respiro ni me acuerdo, 

Pero entonces se me viene otro recuerdo, no necesito acordarme, necesito la calma,

La calma trae el conocimiento,

Con el mismo viene la experiencia,

para así, no tener que acordarme de nada que sepa profunda e inconscientemente hacer, para solo enfocarme en las cosas que no sé hacer perfectamente, y que no me acuerdo normalmente, para poder hacerlas mejor, 


Alguna vez te has preguntado, ¿cuántas veces me he duchado en mi vida?,

¿En toda mi vida? 

Si pensamos que ha sido cada parte de mi vida, y me tomaré de ejemplo, yo que tengo 34 años, asumo que me he duchado una vez por día, sin excepciones, durante cada año,

Sumando entonces 34 años, por 365 días que tiene el año: Más de 12,000 veces me he duchado en mi vida, ¡más de doce mil veces?

Cuéntame de un hábito más arraigado, ¡madres!

Somos criaturas enaltecidas por el hábito, vivimos del hábito, de hacer lo mismo, una y otra vez, una y otra vez, siempre perseguimos el hábito, sin importar si es en la mente, en el acto, en la emoción, ¿en el soñar también? 

Creo, creoooo, que es imposible adivinar exactamente cuántas veces te has duchado en tu vida,

¡es imposible acordarse! 

0, 99.999999999999999% imposible acordarse,

 Uno de los hábitos más arraigados que tenemos es respirar,

Y uno pensaría que respirar sabemos desde antes de nacer pero, y si no aprendemos a respirar desde antes, y no es nuestra naturaleza genética, Entonces, aprendemos cuando nacemos, y por eso hay bebés que se tardan más en respirar, Por la única, simple y sencilla razón de que algunos bebés tardan más en aprender que otros,

Algunos más no lo logran aprender, y pasan de vuelta al lugar de donde provienen, 

Algunos lo logran un poco tarde, y terminan con lesiones irreparables, 

Algunos lo aprenden demasiado rápido,

Otros un poco más despacio,

Aquellos de allá, lo aprenden cerca del límite,

Otras se pasan ligeramente,

pero hasta ahí tienes como línea definitiva para que se comience a afectar el equilibrio,

 

Si ya lo aprendiste, si lo estás practicando, si le estás enseñando al desconocido —para ti hasta ese momento— subconsciente, El resto de tu vida te toca seguirlo haciendo, pero ya aprendido, ya arraigado, ya practicado, ya perfeccionado, y en algún momento durante este lapso, ya habiendo reconocido el subconsciente, la razón detrás de la razón que se encarga de todo lo que no me tengo que ocupar, para así, 

Respirar naturalmente,

Hasta que te canses, y ya sea, que te alcances a despedir,

Que tu descanso haya sido sin tu cansancio, 

O que te llegue lentamente, sabiendo que estás cansado y que pronto viene lo que viene, 

Aceptarlo previamente, comenzar a prepararme para el acto, irlo meditando, irlo entendiendo, irlo soltando, Conociendo, sin conocer en experiencia, sino con la sabiduría interior, aquella profunda que se esconde detrás del límite montañoso, 

Que me diga: todo está bien,

todo está en calma,

todo va a estar mejor,

esto ya lo conozco,

acepto que se me va olvidar respirar,

acepto que eso causará el resto,

Pero también, 

acepto que me liberaré,  y emprenderé otro viaje,

al lugar donde seguramente no se necesita respirar,

donde se respira sin aliento,

donde se existe sin mortalidad,

donde eres eterno, 

de donde nunca nos vamos, de donde siempre estamos recorriendo,

Lo recuerdo, conecto con la paz elemental, 

Estoy a salvo, ¡Lo sé! Y todavía no me ha sucedido,

 

Para los que llega rápido, inesperado, debe ser muy duro, el momento donde te das cuenta que vas a morir en el instante siguiente y que no lo habías pensado, que no estabas preparada, que no lo estás, pero no puedes evitarlo: Morirás, 

Qué duro, qué terrible, Qué difícil, 

 

O Para los que llega demasiado temprano, cuando ni siquiera somos conscientes de lo que está sucediendo todavía, ni lo que pasó antes, ni de lo que puede pasar después, que yo ya sabía, pero me olvidé, 

¿Cómo me obligué a recordar?

¿Cómo le hice?

¿Dónde fue que escuché?


Que todo sea lento, y perfecto, y suave, y natural para ti, 

en todas las áreas de tu vida, 

¿Ya te acordaste?

Nos vemos ahí: en lo más esperado,




Pd. Gracias por leerme, gracias por estar, gracias por gratificar tu mente,

Comentarios

Entradas populares de este blog

Consideración

Recorrido

Ensayos sobre la Transgresión