Ensayos sobre la transgresión

Cuando escribo me olvido de todo, de verdad, se me olvida absolutamente todo. Estoy tan concentrado y tan enfocado, diciendo esta siguiente palabra y sin saber qué diré en la siguiente, sabes qué, ahora que lo escribo, más bien es que estoy descubriendo, y me emociona el hecho de sentarme a poner letras sobre el papel de la computadora y ver qué es lo que sale de mis dedos, que es lo que me dicta la inspiración, eso es, disfruto mucho ese proceso, disfruto mucho este descubrimiento, así cómo he aprendido a disfrutar los descubrimientos que me va dando el sendero de la existencia, existiendo. 

Te diré algo, porque a veces, cuando escribo sobre las crisis del mundo (o lo que en mi opinión son crisis), parece que estoy enojado, o molesto, o regañando a alguien, o peleándome con alguna persona, o que me estoy quejando, pero si te soy completamente honesto, no es así.
Me gustaría que imagináramos a una abuela contándole a sus nietos cómo es el mundo, Yo no soy una abuelita y tú no eres mi nieto ni mi nieto, pero ese es el contexto en el que me gustaría que me imaginarás estos textos. No puedo ofrecerte galletas de animalitos ni chocolate frente a la chimenea, pero lo bueno de todo esto, es que tú puedes ofrecerte lo que quieras en cualquier chimenea del mundo. 
Así es cómo me gustaría leerme, con esa suavidad en la voz y con esas ganas de compartir sin ningún fin más que el simple hecho de darme. Te sirva o no, serás tú quién lo determine, suceda algo o no entre tú y yo, serás tú quién lo dicte, cambie algo o no, pues ya lo veremos en el futuro.
Ahora ya sabes cómo se te transmite este cuento y cómo podrías compartirlo tú.  
No hay coraje, no hay agresividad, no hay odio, lo que sí hay dentro de mí es un impulso incomprensible que me lleva, o casi casi me carga a sentarme frente al computador a escribir todo esto que siento, ¿por qué? Se cuestiona mi razón. 
Porque sí, porque se siente bien, es lo que dice mi corazón. 
Porque me hace muy, muy feliz.
Porque me hace sonreír.
Aunque a veces hablar de Todo lo real y entender los sucesos del mundo me genere algunos atisbos de tristeza. 
 
Transgresión: sonreír porque sí.
Transgresión: ser feliz porque sí.
Transgresión: hacer lo que me hace sentir bien y que no perjudica en los más mínimo a alguien. 

Me olvidé del mundo alrededor mío... pero ahora he vuelto, y me voy de aquí un momento.
Suficiente por hoy.
Hasta luego.


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