Ensayos sobre la Transgresión

Miedo a que la inspiración se vaya y no vuelva.
Miedo a que todo lo que tengo en mi vida se pierda.
Miedo a dejar de sentirme merecedor de todo lo mejor de la existencia.
Miedo a perder un amor por no saber sentir amor.
Miedo a que se vaya el enamoramiento y no sepa reconocer el amor.
Miedo a la enfermedad.
Miedo al sufrimiento.
Miedo al derrumbe de mis sueños.
Miedo a la cirugía.
Miedo a la exposición vulnerable.
Miedo al juicio, prejuicio y críticas ajenas. 
Miedo a escribir y que nadie me lea.
Miedo a crear y que a nadie le importe.
Miedo a ser un fracaso, y no tener de qué sostenerme. 
Miedo a dejar de hacer, y confiar en que todo está siendo hecho.
Miedo a quitarme de en medio.
Miedo a soltarlo todo.
Miedo a soltar el control.

Todos estos miedos los he sentido en algún momento de mi vida, algunos los siento todavía, viven latentes en mí, algunos los he eliminado de mi sentir, pero otros todavía me persiguen en mi día a día.
Trabajar en disiparlos ha sido un esfuerzo constante, meditaciones, consciencia plena, atención a mis sensaciones, voluntad de alterar mis patrones, el haber aprendiendo cómo hacerlo, el aprender cosas nuevas, etc. Es un esfuerzo el hecho de estar consciente de lo que sucede y tener la disposición de cambiarlo, pero más allá de eso, estar decididamente haciendo algo al respecto.
Yo no sé porqué se inventaron los miedos, porque vivir con precaución es más que suficiente.
Saber los riesgos y los beneficios, y con eso, tomar decisiones, disminuyendo lo más posible el riesgo y exprimiendo al máximo los beneficios. Suena demasiado bien, si tan solo eso fuera lo que hacemos.
 
He logrado borrar algunos de los miedos de mi lista, y me siento satisfecho con ello, sin embargo, lo que me gustaría y me hubiese gustado, es que lo hubiese hecho más rápido, he tenido que vivir más de la cuenta con algunos sin ninguna necesidad, el miedo no me protege de nada, el miedo lo único que hace es ofuscarme y paralizarme, ¿cómo voy a protegerme así? La precaución sí me protege de todo, siempre y cuando tome en consideración mis actos y sepa qué hacer en caso de los posibles diversos desenlaces.

Ojalá los hubiera eliminado antes, ojalá no hubiese sufrido tanto porque sí.
Tantos años buscando el éxito, la salud, el amor y la plenitud emocional.
Tantos años viviendo desconociendo todo sobre la verdadera integridad del bienestar.
20 años durmiendo, 3 años dudando, 10 años de procesos de siembra, destrucción y re-construcción.
La verdad es que es innecesario el sufrimiento y el dolor para el progreso, si tan solo nos diéramos cuenta de eso, si tan solo lo aceptáramos, tomaríamos distintas decisiones, elecciones que nos sacarían rápidamente del hueco, que nos evitarían entorpecernos la existencia solo porque tenemos miedo de levantar la vista hacia el cielo, no vaya a ser que pase un pájaro y me cague la frente. 

Lo que puedo rescatar es que ya sé qué hacer cuando alguno me quiere atormentar, medito, cambio mis historias, me cuento unas nuevas, dejo de vivir en el pasado, dejo de vivir hacia el futuro, aquí, en este momento, estoy a salvo y tengo todo lo necesario para mi bienestar, estoy bien y estaré mejor. 
Esa es la noción a la que acudo al detectar un parámetro emocional de miedo en mi vibración, y al cambiar mi vibración cambio mi sensación, con lo cual, se va disipando la emoción de miedo y se va amplificando la emoción del amor. Es así de simple, no es nada fácil, pero sí muy simple.
Primero hay que saber qué hacer y por qué, para posteriormente ejecutarlo cada que sea necesario.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Recorrido

Raro

Lo noto