Ensayos sobre la Transgresión

Puedes creer que después de haber trabajado tanto en ti ya eres un producto terminado, y que los retos interiores ya se han agotado, empero, estos no terminan, y por alguna razón, que sale de mis cabales, se siguen presentando. Puedes verlo como oportunidades o como sufrimiento, pero la verdad es que crecer se siente bien, aprender se siente mejor, la recompensa de sentirte muy bien con quien eres y con lo que haces se siente maravillosamente. 
Y no sé realmente la razón por la que se siguen presentando oportunidades de crecimiento, no sé si puedas crecer durante toda tu vida, pienso en un árbol, de esos que crecen durante cientos de años y que nunca cesan de avanzar hacia la atmósfera, crecen y crecen, florecen y florecen, y ahí se yerguen frondosos, como el estandarte máximo de lo que implica crecer sin detenimiento y sin miedos, observando el mundo, mostrándose orgullosos, sabiendo que en un día, cuando la naturaleza y el tiempo indiquen, se secarán sus raíces y desaparecerá en el mismo lugar de donde provino.
En el pasado tuve que trabajar en mí sobre tantas cosas que se me fueron presentando, temas de ansiedad, de tristezas, de dudas y otros tantos miedos, y lo ventajoso del hoy es que ya no siento esas mismas explosiones de emociones descontroladas, pues el trabajo ha hecho que las detecte rápidamente y las extinga con mi voluntad. Es en la observación, en el darme cuenta y en el querer hacer donde se halla la respuesta.
Sin embargo, antes de que me sucediera todo esto, y durante el tiempo que lo fui viviendo, no tenía idea de cómo apagar ese fuego, no sabía, solo conocía la medicina tradicional, pero esa decía que había que medicarse y anestesiar el suceso, en ningún momento indica que hay que explorar el laberinto interno para ver de dónde viene esa activación que provoca esas sensaciones. Todo viene de algo del pasado, una ausencia, una carencia, un suceso, algo, algo que dejó una herida en mí y que cuando un acontecimiento toca esa misma cicatriz, vuelvo a sentir, se vuelva activar y pareciera que una vez más estoy viviendo ese presente, aunque eso ya esté muy atrás en el tiempo.
La verdad es que es un proceso, así como le toma tiempo al árbol alcanzar esos 30 metros, así es para el humano cuando comienza, no puedes acelerarlo, no puedes, pero sí puedes detenerlo, frenarlo, y a diferencia de un árbol que su única voluntad es crecer y otorgar esa frondosidad, para el humano, sí puede y existe la voluntad de rendirse, de hartarse, de olvidarse.
Llega un punto en que los remolinos se disipan y lo único que queda es un poderoso afluente, claro y provisto de nutrientes. De vez en vez se generan áreas de altísima presión, pero son diminutas en comparación con la totalidad del río. Tú eres ese río y ese es tu afluente. A veces te ahogas en una gota, a veces nadas contracorriente en la desesperación, y en ocasiones, en esos vislumbres de claridad, fluyes y te dejas llevar, no hay nada que pueda hundirte, nada que pueda lastimarte, nada que pueda ahogarte, pero sí cuentas con un sin fin de oportunidades para nadar a la orilla y apreciar el paisaje, alrededor, hacia atrás y lo que falta por ver hacia adelante. 

Cuando creces mucho, cuando alcanzas esas alturas, alguien podrá preguntarse: ¿cómo lo hizo? 
Tal vez se te acerque y te pregunté a ti: ¿cómo lo hiciste?
Y lo bueno es que lo único que te queda es experiencia a rebosar para compartir, pues qué mejor que compartir esos cielos con los demás y apreciar la vida desde esa perspectiva. 
Quien ve más no es quien es superior a los demás, quien ve más es quien con humildad sabe lo que implica y comparte sin tapujos esos rótulos de experiencia. A lo mejor hasta extender sus ramas cerca del suelo para impulsar uno que otro salto. 

Así que no, no sé en qué momento de vida se acaban los retos, no sé si hay algún punto donde cese el crecimiento, no sé cuál sea el fin específico del proceso, pero lo que sí sé es:
vale totalmente la pena. 
 
 
Transgresión: crecer interiormente sin detenimiento.
Transgresión: invitar a otras personas a acompañarte en esos cielos.
Transgresión: extender tus ramas para asistir.
Transgresión: seguir tu propio proceso.
Transgresión: erguirte sin miedos, ni a los huracanes ni a los truenos.
Transgresión: nadar con el flujo de la vida y permitir que te lleve hacia donde deseas.
Transgresión: confiar.
 
El principio es lo más difícil del juego, es sabido que el momento crucial de una planta es durante la germinación, y aunque su proceso inicia antes, ese instante en el que brota de la tierra, es el más delicado y complejo. Tanto tuvo que pasar para que eso pasara. Tanto tiene que pasar para que pases. 
Y una vez que pases, una vez que pase, lo que resta, es un juego divertido y estimulante, con desafíos y oportunidades, pero con una dicha que jamás habías conocido y una conexión que jamás habías sentido.
El río es fresco en todas partes... y te llevará a todos los mejores lugares. 
 
Seguiré trabajando en mí, pues me gusta conocerme y me gusta descubrirme. Y no, a veces no es fácil, no es tan sencillo practicar el amor, no es tan sencillo seguir escarbando los dolores del pasado, no lo es, porque revives las misma emociones. Pero si no lo hago, si no me atrevo, me perjudicará toda la vida, afectará mis relaciones y alterará mis desenlaces, y yo, lo que quiero es acercarme a lo que quiero, no alejarme de todo ello.  

Si estás trabajando en ti y has llegado a un punto que no ves salida, que es lo más complicado, que la oscuridad está presente, que te sientes perdida y carente de poder, no te detengas, estás a nada de ver la luz de la germinación, pues es bien sabido que el momento más oscuro es justo antes de que salga el sol, y en este caso, antes del brote hacia el exterior. No ceses, no te detengas, no te determines, no te juzgues, no te señales, no te critiques, es un proceso, y es tu proceso, confía en ti, cree en ti, y aprende a soltarte ante la dinámica vibratoria de la existencia. 

Transgresión: brotar hacia el exterior.
Transgresión: seguir trabajando en mí.
Transgresión: creer en mí.
Transgresión: confiar en mí.
Transgresión: soltar(me).
Transgresión: continuar con mi proceso.
Transgresión: respetar el proceso.
Transgresión: entender que es un proceso.
Transgresión: avanzar en mi camino hacia el cielo (interno). 
 
Transgresión: atreverme a usar menos puntos, y más coma.
Me cansan tantas reglas de puntuación, cuando hablamos, hablamos, y no seguimos ninguna regla, más que la libertad de expresar lo que pienso y lo que siento, así como viene desde el corazón. 
Es más ni siquiera conozco a detalle esas reglas, todo lo que he aprendido ha sido mediante la observación y lo que me hace sentido. Ve y busca los de la de Academia Española para que vengan y corrijan mi libro, porque yo no tengo ganas de hacerlo, y tampoco tengo ganas de que alguien me diga que mi imperfección es imperfecta, cuando lo tengo muy claro y en la nota del día.
¡Qué bella es la imperfección! ¡Qué bello es crear en libertad!
¡Mescolanzas de emoción! Mescolanza. Mescolanza. Mescolanza.


Qué bueno que me encuentro con este tema, porque la verdad es que es algo que he pensado recientemente y que agradezco. El hecho de estar pegado a los dogmas de cualquier tipo te limitan la creatividad, que si el nombre no lleva marketing, que si tus letras son muy así, asa, que tienes muchas fallas gramaticales o que careces de vocabulario, o que lo que sea que pueda decir el sistema, no lo sé, y a decir verdad, poco me importa. 
Si mis creaciones son para el mundo y han de llegar a ti, son así, bien hechas, con el corazón bien firme y la mente bien atenta, porque no quiero entregarte basura o alguna tontería, quiero darte lo mejor que pueda darte en estas letras, aun con mis carencias. Porque cuando se involucra alguien más entonces ya no es mi trabajo literal, sí, literalmente, se vuelva una muestra perfeccionada del trabajo de alguien más.
Y yo no sé si esta irreverencia, o necedad, o estupidez (tal vez), afectará el desenlace de mis creaciones, pero lo que sí sé es que soy fiel a mi intuición y a mis sensaciones. Y eso a mí me dice que siga creando desde donde creo, con absoluta libertad, sin ninguna presión, y sin avaricia, pues entonces ya no es arte, es venta. Y está bien que el arte se venda, lo que es imperativo alterar es la necesidad de crear arte por el simple hecho de crear, y que el éxito, y/o el dinero, vengan en consecuencia. Hay una gran diferencia entre crear porque siento un llamado de la inspiración a crear porque necesito, tengo, me muero en vida por la necesidad de vender más. La primera me puede traer las ventas y las felicidades, yo te otorgo algo útil y tu otorgas tu dinero y tiempo a cambio, lo segundo te entrega el arte con el simple y sencillo fin de venderte algo. 
Si hiciéramos más desde el corazón y menos desde la avaricia, el mundo indudablemente estaría mejor. 
Nos encontraríamos con obras de arte maravillosas, creadas por las ambiciones de los que les dijeron que eso no era comerciable, pero que se atrevieron por el simple hecho de compartirse con los demás.
¡Necesito que te compartas! Quiero ver tu arte, el mundo lo exige, el mundo lo aclama, aunque no escuches las voces, pero sí escuches dentro de ti los gritos. 
¡Persigue tu pasión! Trae lo que solo tú puedes brindarle al mundo.

Y algo más importante...
¡Mescolanzaaaa! Sí, la tuya. 

Cómo disfruto escribir y hacer lo que se me pegue la gana con mis letras. 
Solo yo me limito y la verdad es que no me apetece hacerlo, que salga todo a raudales, sin miedos, sin tapujos, y sin nada que determine. 
Pero disfruto más que me leas y que sonrías, cómo yo lo hice, cuando me senté a escribir esto. 
Que introspecciones, cómo yo lo hacía, cuando estaba indagando entre mis recovecos.
Que sucedas, así cómo yo participé en este acontecimiento.
Que me acompañes, aunque sea de lejos, aunque no te vea, aunque sea en el silencio.  
Y por supuesto, que repitas en voz alta:
¡Mescolanza, mescolanza, mescolanzaaaaa! 
 
Transgresión: crear mi propio arte.
Transgresión: crear sin avaricia.
Transgresión: compartir sin codicia.
Transgresión: dar de mí, porque siento el impulso de compartir. 
Transgresión: dar todo lo que pueda, porque es lo que haría el amor en mi lugar.
Transgresión: ser yo, ser amor, crecer sin miedos. 
 

 

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