Ensayos sobre la Transgresión

Qué difícil es no reprendernos cuando hacemos algo mal. Especialmente cuando estamos viviendo un proceso de sanación, de darnos cuenta, de alterar los patrones oxidados y crear nuevas oportunidades, se torna bastante complicado no regañarnos, en lugar de tratarnos con amor y compasión, en lugar de ofrecernos a nosotros mismos un espacio seguro para tropezarnos. 
Cuando comienzas el proceso, es algo nuevo, no sabes exactamente qué estás haciendo ni los retos a los que te vas a enfrentar, sin embargo, es importante saber que es normal equivocarse, es normal errar, es totalmente esperado tropezarse, no se nace siendo maestros en nada, pero para llegar ahí hay que equivocarnos muchísimas veces, nada se logra sin trabajo, y sin esfuerzo, sin aliento, sin motivación, no vas a llegar a donde quieres, huirás para el otro lado, hacia el miedo, y ya sabemos que ahí es donde no quieres estar, donde no te gusta estar, donde deberíamos evitar a toda costa estar.
Primero es una lucha, porque debo estar peleandome constantemente con mi Yo anterior, con mis programas que fueron insertados en tus conexiones neuronales durante tu etapa de crecimiento, y que tú fuiste practicando una y otra vez con el paso del tiempo. 
No sé cuántos años tengas, o si ya comenzaste tu proceso o si estás por iniciarlo, pero no va a ser fácil reprogramarte, no va a suceder en una semana, después de que tu programa inicial le tomó por lo menos 15-18 años de práctica.
Así que vuelvo al inicio, no seas dura contigo, no te hagas menos, no te regañes, mejor date cuenta de tus errores, darse cuenta es un gran avance, querer mejorar es todavía un progreso mayor, y seguir persistiendo es todavía uno más grande. Pero si hablamos de méritos, el más significativo de todos será que no te estés atacando, reprendiendo y menospreciando cuando tu proceso te lleve a darte cuenta de que estás haciendo lo que hacías antes y que ahora no deseas hacer, porque entonces, lo único que ganarás será lastimarte, cerrarte, bloquearte, y definitivamente en lugar de acercarte a todo lo que quieres, te alejará de todo ello radicalmente. 
La relación más importante es la que tienes contigo, el cómo te tratas, cómo te hablas, cómo te consientes, lo que te das, lo que te ofreces, así que si tú te tratas pésimo y eres de lo peor contigo mismo, ¿cómo puedes esperar que alguien te trate como quisieras, pero que tú no lo aplicas contigo? 
Si te quejas porque te tratan mal, primero fijate cómo te trates tú a ti mismo, a tu persona, a tu singular manera de ser.

Toda la vida se nos ha dicho que equivocarnos está mal, cuando al inicio de esta misma era lo único que hacíamos, aprender cómo funciona la vida, cómo gatear, cómo caminar, cómo hablar, etc, etc, ¿en qué momento se nos olvidó que así es cómo se aprender? Mediante mi error y/o mediante la experiencia de otros. Escucho, aprendo y evito, o vivo, erro, aprendo y evito, para yo compartirlo y ayudar a alguien más también a evitar. 

Yo no sé porqué comenzaste tu proceso, si sucedió algo en tu vida, o si sentiste un llamado especial, o un impulso, normalmente suceden cosas que nos llevan a indagar en nuestra oscuridad, tan solo para darnos cuenta que lo único que está aconteciendo es que cerramos todas las ventanas, las puertas y las cortinas para que no entre la luz, pues la Luz es verdaderamente lo único que existe.
En estos momentos, cruciales para el crecimiento, es que decido si afrontarme a esos sentimientos, a todo eso que había suprimido y que no había querido sentir, para poder eliminarlo para siempre, perdonar, perdonarme, y poder enfrentarme a la vida y las oportunidades desde otro lugar, desde el amor y desde el aliento de que en definitiva sí puedo encontrarme con algo mejor y dejar para siempre al miedo en el cementerio. 

Lo importante es que comenzaste, sin darle demasiada autoridad a la razón causal, lo importante es que no te lastimes a ti misma, lo importante es que sigas, lo importante es darse cuenta.
Lo importante es el darte cuenta, darte cuenta, darte cuenta. Si me doy cuenta, hago diferente, porque así lo elijo mediante mi voluntad, y si hago diferente y me acerco al amor, entonces obtendré resultados diferentes, los que sí desea mi corazón.

Es un proceso, ¿sabes lo que es eso? Toma tiempo, dedicación, esfuerzo, aplicación, concentración, ganas, motivación, no puedes apresurar la cosecha, lo único que puedes hacer es regar, arar, regar, arar, cuidar, volver, para que en el día inesperado puedas cosechar lo que sembraste. 
Si destrozas la raíz en el proceso solo porque te equivocaste, tendrás que comenzar de nuevo... qué pesado es iniciar una y otra vez, mejor lo evito, y así puedo avanzar, aunque sea despacito. La paciencia es una de las virtudes clave para el desarrollo de cualquier proceso, porque sin paciencia, habrá impaciencia, y ésta nos lleva a salirnos de contexto y exigir resultados inconcebibles, así que paciencia y corazón, es inevitable que coseches si sigues los pasos de la acción. 

Por otro lado, es normal que en ocasiones nos sintamos desmotivados, con tristeza y fuera de lugar, somos humanos, es natural, sentimos emociones de diferente estirpe, lo que debería suceder posterior a ello es que me doy cuenta, me permito sentirlo y entonces decido salir de ese lugar naturalmente para volver a conectar, volver a sentirme feliz y volver a fluir, lo más rápido que se pueda, siempre y cuando sea una velocidad que pueda controlar, y a mayor maestría, mayor control. La maestría no es alcanza en un día, pero se llega si se trabaja todos los días sin excepción. No puede ser más simple.
 
Transgresión: hablarme con amor.
Transgresión: ser compasiva conmigo.
Transgresión: permitirme sentir lo que siento.
Transgresión: darme cuenta de mis errores sin miedo.
Transgresión: darme cuenta que mis errores me llevan a los aciertos.
Transgresión: darme cuenta que un día aprenderé desde el amor y no desde el error.
Transgresión: darme cuenta.
Transgresión: ser yo.
Transgresión: atreverme a conocerme.
 
Las ganas de conocerme, de practicar la indagación del autoconocimiento es lo que te lleva a descubrir facetas de ti que no sabías existían, a descubrir gustos que no sabías tenías y a querer el proceso de alcanza la mejor versión que puedas. Conociéndote puedes saber tus áreas de debilidad y tus áreas de fortaleza, y tan simple como es que si trabajas algo en tu cuerpo se fortalece y lo que no usas se debilita, es así para todo que aplica. Trabaja en ti, y serás fortaleza, trabaja tu cuerpo y estará fuerte, concentrate en lo que quieres y nada ni nadie te detendrá para obtenerlo.  Si ahora soy fuerte es porque un día fui débil... y no es que seamos débiles es más bien que son áreas de nuestra existencia que no hemos trabajado, y a mayor trabajo... ya lo sabes. 

Transgresión: aceptar mis debilidades.
Transgresión: apreciar mis fortalezas.
Transgresión: fortalecer las áreas que deseo.
Transgresión: fortalecer toda mi existencia.
 
Por alguna extraña razón, para poder conseguir la fortaleza, o lo que queremos en las áreas que establecemos, asumimos que hay que estar haciendo todo el tiempo, toda la vida, sin descanso, sin espacios, sin detención, pero, ¿sabes a dónde llegas con eso? A la depleción, al colapso, al debilitamiento.
En el descanso prudente está el fortalecimiento y en el trabajo inteligente es donde hallamos los resultados duraderos. 

En algún momento de mi vida me llegué a sentir insuficiente, "inmerecedor", y un montón de "in" que solo me llevaban a sentirme menospreciado. Y eso, lo único que hacía era que intentase ganarme mi valía haciendo mucho, haciendo todo, haciendo más de lo que podía, estudiando, pretendiendo, intentando, todo el tiempo ocupado, todo el tiempo haciendo algo, para mí no existía el no hacer nada, porque eso era perder el tiempo, eso era depreciarme, eso era no obtener lo que quería, hasta que un día ME DI CUENTA: qué estupidez, esto no me lleva a donde quiero, al contrario, me aleja, y si no aprendo a quererme, a apreciarme, a validarme, si no me doy cuenta de mi verdadera valía, jamás obtendré algo que merezca la pena, iré de fracaso en fracaso, y de pseudoéxito a pseudoéxito, pues si yo no me siento pleno, si me siento insuficiente, y si no merezco lo bueno, nunca estaré lleno y lo que reciba lo perderé pues no es algo que merezco.
En ese darme cuenta... complementé mi proceso, mi despertar, porque ahí es donde entendí que quererme es la respuesta a todo, apreciarme, el darme mi lugar, el escuchar mi cuerpo, el reconocer porqué hago lo que hago y el aceptar el descanso. Todo es un equilibrio, y cuando lo pierdes, te pierdes a ti mismo, y si te pierdes a ti mismo, ¿cómo vas a encontrar tu camino, si no sabes ni dónde estás tú? Me pierdo, me encuentro y sé para dónde voy. 
Me encuentro, ya sé dónde estoy y hacia dónde voy.
Me mantengo encontrado, me doy cuenta a cada momento que pueda.
Es un proceso, lo entiendo, lo entendí y lo practico.

Sí, me sentía terrible, y eso me obligaba a hacer todo el tiempo sin siquiera notarlo. Sentía que tenía que llenar un vacío que estaba dentro de mí y que jamás iba poder llenar afuera. Eso es lo que pasa con mucha gente, intentan llenar vacíos interiores con su trabajo, pero lo único que consiguen es un éxito vano, perderse en el laberinto de la existencia, reprimir en el fondo del barril todos mis miedos y emociones. Lo único que consigues es querer más, porque dentro de ti no tienes nada.
Afortunadamente me di cuenta y ahora lo que deseo es por la pasión, por el amor, porque la vida me lo mostró, me siento lleno por dentro y doy todo lo que pueda dar sin que me dañe, o sin que me pierda, estoy lleno, trabajo para llenarme de amor, y así poder ofrecértelo, a raudales, porque si nada me falta dentro, tampoco me faltará afuera. Seguro ya te has dado cuenta, y lo único que estoy haciendo es reafirmarte lo que ya sabes, porque lo has vivido, porque lo conoces, porque lo has escuchado, lo sabes. 
Date cuenta, y fijate dónde estás parado.

Ahora solo hago cuando siento el verdadero impulso, cuando me nace, y sí, hay días que hago mucho, pero no más de lo que puedo, no más de lo que quiero, y no lo hago porque me siento insuficiente, o porque tengo que llenar algo que me falta, lo hago porque me gusta, porque lo disfruto, porque aprendo, y porque me acerca a donde sí quiero: a estar en paz, a tener libertad total y a gozar de la vida a cada momento. Esto no es algo del mañana, esto sucede ya, en el mañana solo se amplifica, se expande, crece, aprendo, progreso... y yo, eso es exactamente lo que quiero.
 

Transgresión: darse cuenta.
Transgresión: llenarme a mí mismo, dejar de buscar afuera.
Transgresión: saber y aceptar que no llenaré de afuera lo que me falta dentro. 
Transgresión: hacer algo al respecto.
Transgresión: ser yo, mientras me conozco en el proceso. 
Transgresión: no me reprendo.
Transgresión: no me hago menos.
Transgresión: saber que soy más que suficiente.
Transgresión: saber que soy merecedor.
Transgresión: saber que puedo ser feliz y que no le perjudica a nadie. 
Transgresión: conectar con mis sentimientos.
Transgresión: aceptar que siento lo que siento.
Transgresión: confiar en el proceso.

Una vez comenzado, el resto se hace un hecho manifiesto.
Dejo atrás el miedo.
Acercarme a lo que quiero y mantenerme allí, disfrutar el proceso, eso, eso es lo que intento. Eso es lo procuro, eso es lo que hago. ¡Me lo recuerdo!




Comentarios

Entradas populares de este blog

Recorrido

Raro

Lo noto