Ensayos sobre la Transgresión

¿Por qué haces lo que haces? Esa es la pregunta que me gusta hacerme para poder tomar decisiones.
Si lo hago por mí, si lo hago por gusto, si lo hago por aparentar, si lo hago por necesidad, si es impulsividad, ignorancia, necedad, inteligencia, decisión pensada, etc. 
Y todo esto no es realmente que sea bueno o malo, es más bien lo que te funciona.
Si te funciona, porque te acerca a donde quieres llegar, suponiendo que tengas un lugar al que quieras llegar, por supuesto, o si no te funciona, porque te aleja de lo que quieres alcanzar.
Aplica para todas las áreas de la vida. Justamente reflexionaba sobre la deuda mala y deuda buena con un buen amigo, un amigo que trabajó por lo que tiene, que luchó para conseguir y superarse, que se ha dedicado a buscar la manera de estar mejor, una persona leal, respetable y honrada, una buena persona, un buen amigo, un buen esposo y estoy seguro que también un excelente padre.¡Te felicito! Eres un gran ejemplo de superación, una gran inspiración. Venir desde abajo, luchar por tus ideales y alcanzarlos, sin llorar, sin quejarse y sin hacerse la victima de las circunstancias, es un gran suceso, un gran mérito y merece reconocerse. Es posible, especialmente si diariamente te haces la pregunta: ¿por qué hago lo que hago? Si defines si es lo correcto o lo incorrecto para ti, y cambias, o continúas en la misma línea, y así, un día, llegas a tu destino.

No hay deuda buena ni mala, puedes estar hasta el tope de deuda buena y no tener nada de liquidez, lo cual es terrible, y aplica el mismo caso para la otra, o puedes tener las adecuadas deudas que te generen flujo de efectivo y tomar decisiones pensadas en relación a la administración de tu dinero, ¿con qué fin? Con el de, por lo menos, conservarlo, y si transgredes un poquito más, aumentarlo, de manera exponencial y sin trabajo. 

Me he preguntado tanto de tantas cosas, y mientras más indago, más noto la magnitud de todo lo que estaba equivocado, y si soy suave en mi dictamen, la verdad es que no sabía otra forma de hacer, por lo tanto, no es que estuviese errado, es que no sabía hacer mejor.
Aplica para todas las áreas de la vida, la emocional, la espiritual, la financiera, son tantas cosas que bien balanceadas favorecen nuestra paz y nos acercan a la felicidad.
La clave es que tuve la suficiente apertura para poder cuestionarme a mí mismo, el pensar que podía estar equivocado, que lo que hacía, que lo que había aprendido, que lo que se me había enseñado y que yo defendía como mío, podía no ser el mejor camino para obtener el mayor beneficio de la vida. 
Lo descubrí con la marcha, pero lo primero que tuve que ejercer es la humildad para contemplar mi error, la apertura para escuchar sobre otras maneras de hacer y la voluntad para tomarlo seriamente, practicarlo y aplicarlo.   

Transgresión: contemplar diferentes maneras de hacer.
Transgresión: cuestionar la tradición.
Transgresión: cuestionar la rigidez. 
Transgresión: cuestionarme a mí. 
Transgresión: tomar el control de mi vida.

¿Por qué hago lo que hago? Porque me acerca a la libertad, a la felicidad, a la paz y al bienestar integral. 
Porque me mantiene conectado, aterrizado y cerca de mi Centro. 
Porque multiplica lo que ya he materializado y amplifica mis emociones en relación a ello, y a la vida.
Porque mientras más se llenan mi cántaros, más tengo para dar. 
Y mientras más doy, más libre me siento, más paz, más bienestar, más gratitud, más conexión, es un círculo de acción, me mantengo alineado, justo en el vehículo apropiado, justo hacia el destino deseado. 
Aquí y ahí.


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