Ensayo sobre la transgresión

Esperar con expectativas es erróneo.
Solo te generará decepciones.
El ojalá es más útil, pues viene desde la Fe y la conciencia de la posibilidad. 

Quisiera no esperar demasiado para no verme decepcionado.
Quisiera no esperar nada de nadie, pero a veces no es tan fácil dejar de querer algo de alguien.
 
El faro debe sentir muchas angustias, sin poder hacer nada para cambiarlas. Sin tener que hacer nada para alterarlas, sin que sea su parte hacer algo al respecto.
Observar es en ocasiones sumamente complicado, observar sin involucrarse, especialmente en lo que no me compete, respetando los procesos, las líneas y las capacidades de los demás.
 
Es frustrante querer ayudar a alguien que, por un lado no quiere ver sus faltas, que le carga todo a los demás, que tiene adicción a la autoflagelación, es preocupante, pero es más desesperante todavía no saber qué hacer para mantenerme al margen y no sentirme culpable.  

Me recuerdo el papel del Faro, y entonces me doy permiso de volver a estar en paz. 
Mi papel es respetar, aceptar, estar, pero no solucionar.
Puedo encender una fogata, puedo tener mi paraguas sobre mí, estará en ti moverte y buscar los lugares donde puedas recibir. 

Encender, sostener, estar en la cercanía sin involucrarse es una ardua tarea, necesita recordarse, una y otra vez, volvemos a la fabricación de nuevos patrones, y es más duro cuando tiene que ver con personas que te importan y que se lastiman... voluntariamente... desde la incapacidad voluntaria. La capacidad también es voluntaria. El querer es todavía más voluntario. 


Todos son metiches y todos quieren meterse en todo. Querer resolver, querer opinar, querer involucrarse. ¿Ves por qué no es tan fácil? Porque ser metiches es todo lo que conocemos. Porque darnos importancia sin sustento es parte del juego.
Asumir el rol de portador de la verdad, aunque no tengas idea de lo que estoy viviendo.
 
Quiero que te vaya muy bien, demasiado bien, quiero que seas feliz, muy feliz.
No quiero entrometerme... deseo estar ahí para aplaudir tus méritos y sonreír.  
Ojalá ese sea el destino que te fabriques. Ojalá pueda estar ahí para verlo. 


No puedes forzar a ver a nadie, ni la luz, ni la oscuridad, es imposible hacer consciente a alguien, mostrarle el camino, cuando alguien solo mira sus pies, no sabe que hay una infinidad frente a sus ojos, y que lo único que tiene que hacer es pararse erguido y levantar la mirada. 


No se le puede enseñar a nadie mediante la teoría, pues las palabras no enseñan, lo único que puede dejar una huella es la experiencia. Aunque si no fuéramos tan necios, podríamos aprender de los que ya lo vivieron, para evitar lo que no sirve y andar por el sendero que nos acerca. 


¿Para qué te sirve la necedad? Es una suma de ofuscación de las ideas. Nadie tiene todas las respuestas, nadie puede con todo solo. Es esencial poder caminar con alguien, porque ese alguien verá lo que tú no ves, resolverá lo que tú no sabes resolver y te acompañará en el regocijo cuando alcances(n) la cima de la montaña. 


Transgresión: ser cordial.
Transgresión: ser amable.
Transgresión: mostrar respeto.
Transgresión: expresarte lo que siento.
Transgresión: poner límites justos y claros.
Transgresión: aprender nuevas maneras de hacer. 
Transgresión: invitarte a ser tú.
 
 
¿Para qué me sirve el miedo? Me aleja, me limita, me priva. 
Más bien es utilizar la cautela y las herramientas de prevención. Me preparo para todos los eventos, pero siempre espero lo mejor. Eso es exactamente lo que recibo. Esa es las perspectiva que me cuento. 
 
 
Todo es perspectivas, todos vivimos en las fijaciones que aprehendemos (sí, es con H.) Mientras viva aferrándome a mis fijaciones, seguiré viviendo las mismas cosas de las cuales quisiera privarme. Pues, ¿cómo contar una verdad distinta cuando todo lo que miras lo relacionas con la verdad que te has contado toda la vida? La energía es sumamente objetiva. Las leyes son sumamente consistentes. 
 
 
No, no me refiero a las leyes del hombre, esas tendrán muchas cosas, siendo en su mayoría negativas, pero si de algo carecen, es de la consistencia. Pues el humano es el que falla, y la inconsistencia es una cualidad suprema de la falta de ganas. 
 
 
Las leyes no se inventaron para mantener el orden, las leyes existen para saber qué hacer cuando se rompen. 
Nos encanta la subversión, si no fuera ese el caso, nadie estaría rompiéndolas.
Y yo no veo cárceles cerradas, sino más bien la proyección de nuevas.


Lo divertido sería que conozcas las leyes inquebrantables de la existencia, te ajustes a ellas, y así, puedas moverte desde una manera diferente al del resto de la humanidad. La consistencia, la congruencia y las manifestaciones de tus vibraciones serían el desenlace continuo de tu calendario. 


La transgresión no es subversión. La transgresión no viola la libertad individual de nadie, más bien hace valer la mía. Mi libertad de ser yo y elegir por mí, con la conciencia de las líneas que no debo cruzar, y las que nadie tiene permitido cruzar de mí.

Transgresión: decir lo que nadie se atreve a decir. 
Transgresión: decir la verdad. 


Tantas cosas se ocultan a simple vista, pero no se te enseñó a buscar ahí, se te enseñó a buscar lo más alejado de ti. 

Todo está ahí... solo quisiera que apuntarás hacia otra dirección. Hacia la dirección que te lleva a las respuestas. 


No puedes engañar a la vibración, ya que todo lo visible e invisible está vibrando. Lo que varía es el grado, y lo que la afecta es lo que tú sientes y piensas. Es ley. ¿Cuándo te darás cuenta? 

La vibración más rápida, la vibración más lenta, son prácticamente inobservables. Pero lo que es más inobservable, o más bien invisible a simple vista, es aquello que no me interesa. 

Es determinante que mi atención se dirige a lo que me importa, a lo que me interesa, y lo que no me importa, lo que no me interesa, definitivamente no existe en mi realidad. Sea lo que sea que sea. 
Increíblemente limitante, ya lo sabes. 


Asumo, afirmo y me aferro, lo único que existe es el negro, el blanco es una imposibilidad, por lo tanto, no lo veo, aunque esté en todas partes. 

Para ti no existe el amor, solo existe la maldad y el odio. Para mí existe el amor y la bondad, aceptando que también hay otras polaridades. Me mantengo lejos de ellas, pues mi polaridad está en otra frecuencia. 
Es imposible sintonizarme en una estación para la cual requiero otra vibración distinta a la que está mi esencia. 

Dolor, sufrimiento, malestar, carencia, esto es todo lo que conozco, no conozco nada más. 
¿Qué es eso que denominan riqueza?


Me causa tanto pesar cuando determinamos las limitaciones de la gente por sus condiciones.
¡Joder!Tanta gente sintiendo lástima por los demás pero no haciendo nada para ayudar.
Cállate, tu lástima es estúpida, no se necesita, sobra, y tú también. 
Mejor ponte a ver cómo superarte, para que puedas ayudar a quien quiera ayudarse y tenga esa hambre. 


Todos somos tan capaces como queramos serlo. Los demás no determinan mi capacidad o mis incapacidades. Nadie las sabe, la única persona que las acepta, las impone o las destroza, soy yo. 

Eso del coeficiente intelectual también es una estupidez. Es limitante, determinante. Hay gente muy inteligente, con altos niveles de coeficiente pero que son completos idiotas, ¿notas la ironía?


La inteligencia no es estática, la inteligencia se expande. Las conexiones neuronales se expanden, se multiplican, se intensifican con el uso. Mientras más uses la reflexión, el pensamiento, mientras más cosas nuevas aprendas, más estudies, más explores, más experimentes, más lista, astuto y viva te harás.
Una mente que no trabaja en sí misma se apaga, una mente que explora se expande, no tiene límites. 
El IQ es estúpido, porque la arrogancia es estúpida, porque forma parte del mismo sistema que te dice que no podrás y al que le demuestras que sí pudiste.
El más inteligente no es el más exitoso, la más exitosa es aquella que se atrevió a explorar las nuevas conexiones de su inteligencia y que se expandió con la necesidad de progreso. 
El cerebro no crece, pero sí las capacidades de tu mente. No puedo limitar mi mente, así cómo tampoco puedo limitar mi inteligencia, bueno sí, sí puedo, sí puedes, puedes todo. Ojalá puedas lo que te sirve. 
Lo que nos sirve.

Transgresión: decir que algo es estúpido.

Alguien dirá que Yo soy el estúpido, y es válido, la diferencia es que yo cuestiono una idea, no ofendo a una persona por ejercerla. La diferencia es que podrá decirlo a las mil voces, y sin embargo yo me niego.
Estas son las líneas que trazo, y cuando alguien me dice algo para atacarme, menospreciarme o con el fin de dañarme, entonces soy el sordo más sordo y el ciego más ciego, solo sigo mi camino y dejo que el viento se lleve el palabrerío. Me niego a siquiera contemplar esas ideas, pues no vienen desde un lugar de calidez, vienen desde la perdición del ego.
No, no es fácil. Nuevamente: es un proceso. 
 
 
¡Qué bellos son los procesos! Cuando lo consigues es tan, tan satisfactorio. 
Más porque es tu propio acierto, tu propio mérito, solo tú puedes darte esas palmaditas en el hombro y alentarte a seguir creciendo.

Transgresión: mantenerme imperturbable ante la nocividad. 
Transgresión: no reaccionar.

La escuela te enseña a estar anestesiado, o por lo menos los sistemas educativos tradicionales.
No pienses, no digas, no saltes, no hagas, porque si te sales del molde, necesitas un psiquiatra. 
El molde del psiquiatra te dirá que necesitas medicamento.
Y el niño creerá que está mal y nunca más se atreverá a ser en libertad.
Y si lo hace, en ese darse cuenta de todo lo que se ha perdido por falsas ideologías, le costará muchísimo, y será criticada, juzgado, molestado, malinterpretado, menospreciada, y todo lo que está programada la sociedad para hacer ante aquel que se vuelve agua y que se adapta a las circunstancias, pero que no forma parte de ningún molde. 


Somos agua, así que solamente se necesita practicar sus cualidades. 
Somos energía, así que solamente se necesita aprender a utilizar.


Lo que está mal es el retorcido sistema, no estás mal tú. 
Lo que está mal es apagar la chispa de un infante, sólo porque tú crees que es incorrecto.
Lo que está pésimo es etiquetarlo, solo porque todos los participantes creen que están en lo correcto. 
Lo correcto puede ser incorrecto, y lo incorrecto podría ser lo correcto. 

Lo que estaría fenomenal es que recordarás tu chispa, tu fuego, que te dieras cuenta. 
Y que te importase una mierda lo que te dijeron aquellos que no tenían idea, cuando tú no sabías nada del mundo, no tenías idea, estabas aprendiendo y todo lo que te decían para ti era la verdad. Tenía que serlo, pues no existía nada más, te lo decían tus maestros, tus tutores, tus padres, entonces debe ser verdad.
Yo digo que: ¡a la mierda con eso! 


Un mundo de bengalas iluminando el día y la noche sería interesante, pero lo más fenomenal es que el combustible de tu bengala es inagotable. 

Transgresión: aceptar mi chispa, alimentarla y brillar. 
Transgresión: ser yo.
Transgresión: cuestionarme las verdades.
Transgresión: crearme un nuevo yo.
Transgresión: cuestionar a mis padres.
Transgresión: cuestionar mi religión.
Transgresión: cuestionar todo mi bagaje. 
Transgresión: preguntarme. 


No preguntes, porque el que pregunta está mal. El que cuestiona hay que separarlo. La que pone en jaque a los maestros es una alborotadora y creadora de problemas. Hay que expulsarla, pues no puedo cambiar yo, pero sí puedo evitar que alguien lo intente. O hacérselo mucho más complicado.
 
Somos agentes del detenimiento: mi trabajo es detener el cambio.
Eres un agente de la destrucción, pues no hay construcción ni novedad sin cambios. 

Cuando estés listo, cuando sea tu momento, es que llega la disrupción. Y la disruptiva es la que cambia el mundo, y el mundo entonces es que se vuelve mejor. Solo porque tú decidiste hacer distinto. 

Transgresión: la disrupción. 

No puedes cuestionar la existencia de Dios, o las palabras del Sacerdote, pues está mal, el pecado es malo, pecar está mal. No puedo cuestionar las palabras de mis padres, pues ellos ostentan la verdad. No puedo preguntarme por qué esto que siento no se adecúa con las verdades establecidas, por qué me siento tan fuera de lugar, por qué me siento oprimido y sin felicidad. No debo, está prohibido, por eso se siente mal, no debo, es señalado, por eso es que me siento culpable. 
Pero lo que sí puedo es hacerlo y no decirle a nadie. 
Lo que sí puedo es retomar mi poder personal y no pedirle permiso a nadie. 
Solo yo puedo y debo decidir sobre mí. Solo tú. Nadie más. 

Cuestionando es que llegas a las verdades, y puedes cuestionar lo que te han vendido y que otros compraron por ti, para entonces llegar a un mejor lugar, a mejores definiciones y a la sensaciones que expanden, que generan, que impulsan el júbilo y el regocijo.

No, no hablo de ateísmo, no hablo de ninguna etiqueta. ¿para qué etiquetar algo?
Si lo que se busca es ser en el acto, y cuando eres, cuando el río fluye, cuando el mar choca con la playa, cuando el Sol alumbra la costa, cuando las nubes traen la lluvia, cuando el viento sopla y canta, no necesita etiquetarse. 

Suficiente por ahora. 
¿Hasta dónde me va a llevar la inspiración? Dime, ¿qué es lo que quieres que diga?
Aquí estaré para decirlo. ¡A la mierda con todo lo no dicho!

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Recorrido

Raro

Lo noto