Ensayos sobre la Transgresión

Una de las cosas más duras que busqué en mi vida fue el amor. Ese amor atípico que no sale en las películas ni en las novelas románticas, ese amor equilibrado, libre, donde se dé por el simple hecho de darse y se reciba por el simple hecho de saberme merecedor. 
Me distancié tanto de lo vendido del romanticismo, que gran parte de mi vida me preguntaba: ¿será posible encontrar un amor como lo idealizo? ¿Seré capaz de volver a sentir amor?
Muchas personas nos pueden decir que idealizar no es correcto, pero si no sueño con algo, ¿cómo habría de obtenerlo? 
Por supuesto, no me hacía ideas absurdas extraídas de cuentos de caricaturas, mis ideas venían cimentadas por la observación (de lo que no quería), de la experiencia (de lo que confirmaba no deseaba) y de las incontables letras que he leído y entendido sobre el amor, sobre las relaciones y sobre el romanticismo. 
Durante muchos años contemple en mis visiones el arquetipo de un amor ideal, y he escrito sobre eso mis ideas en mis libros anteriores, algunas ideas inspiradas por alguien, algunas otras inspiradas por mis ideales. 

La vida una vez más me ponía sobre mi camino condiciones atípicas de existencia, para que yo eligiera y me diera cuenta de que sí, en definitiva, hay mejores maneras de querer.
Estas maneras, estas personas, son escasas, no es fácil encontrarlas, en un mundo donde todos se dedican a repetir las mismas cosas, es complicado encontrar quien se sale del renglón. 

Tantos intentos infructuosos, corazones rotos, dudas sobre mi merecimiento, dudas sobre mi valía, dudas sobre mi amor, dudas sobre mis maneras de dar afecto, dudas sobre la posibilidad de encontrar, dudas sobre la necesidad, dudas sobre la realidad de este amor, demasiadas dudas y pocos resultados.
Me han dicho manipulador emocional, patán, me han cambiado por alguien más, me han roto el corazón de innumerables formas, pero seguí creyendo que podía encontrarse un amor real. Mi fe trastabilló pero no se rompió, mi fe estuvo en la cuerda floja, pero nunca se cayó.
Es difícil creer en algo que no ves en nadie más, que no encuentras en la televisión y que todo mundo desconoce porque no lo desea. 
Es difícil encontrar eso que buscas que te ha sacado de la tradición, precisamente porque es una tradición, y las tradiciones están diseñadas para seguirlas no para romperlas. Si tú rompes el molde, eres un hijo de puta irreverente, desordenado, que no respeta las reglas. 

Sabía lo que quería, cada vez lo tenía más claro, pero del querer al tener sentía que había un trecho demasiado enorme, un río caudaloso que era incapaz de nadar para cruzar, una imposibilidad latente que me golpeaba de frente. 
10 años de mi vida, diez benditos y largos años me pasé buscando entre el pajar la posibilidad de encontrar esa aguja que fuera compatible con mi hilo, o ese hilo que fuera compatible con mi aguja, un equilibrio perfecto se necesitaba para poder coser cualquier tela, o en este caso: para poder crear una relación romántica cimentada en el amor.
 
Ahora te digo, lo encontré, y no ha sido nada fácil vivirlo, de hecho ha sido sumamente duro, ha puesto a prueba todo mi trabajo personal previo, ha puesto a prueba mi decisión de ser amor en la práctica, ha puesto a prueba mi voluntad de seguir, mi amor propio, demasiadas pruebas, demasiados retos, pero cuando es y el movimiento viene desde el amor palpable, no hay que correr, hay que buscar las formas de conciliar, las formas de equilibrar, las formas de comunicarlo y solucionarlo.
Una libertad de ser yo, una libertad de que seamos, seres individuales, seres diferentes, seres que no se vuelven uno sino que se multiplican en el acto.
El respeto de la identidad del otro, el verdadero dar por amor, el no estar esperando nada, el no generar expectativas, el dejar los miedos atrás, el atreverse a saltar al vacío de lo desconocido.
Sumamente desconocido, pues si nunca has vivido algo todo es terreno inexplorado, tienes que avanzar con suficiente precaución, ya sabiendo los riesgos: el olvido, el abandono, el dolor. 
 
Te enamoras, sientes una sensación menos invasiva, menos explosiva, menos incontrolable de las que llegué a sentir cuando tuve 20 años... un amor más templado, más cálido, más elocuente y pacífico. Uno que te da calma en lugar de explosión, uno que te da confianza más de dudar, y así, vas conociendo algo que creías posible pero que no sabías cómo llegaría o cuándo sería o si estaba siendo. 
Y no sé si vaya a ser para una vida porque cabe recalcar que el amor nunca es suficiente para poder lograr una relación, se necesitan muchas cosas más que precisamente nacen y se mueven desde y para el amor. 
Es muy simple, si esto que hago me da felicidad porque a ti te da felicidad, es lo correcto.
Si esto que hago me hace feliz porque recibo felicidad, es lo correcto.
No voy a esperar, no voy a exigir, voy a soltar, voy a liberar, voy a permitir.
El amor toma las decisiones acertadas, el ego no, y el ego, no es bienvenido en una relación romántica.
El ego es orgullo, es necedad, es aferración, es miedo, es control, es invasión, es dominación, es todo lo peor que puedes traerle a alguien... todo eso por lo que muchas personas se conforman creyendo que es amor... es evidente que no.
El amor es lo que se tiene que traer a cada contratiempo, a cada conflicto, a cada suceso, y con ese amor hablar, con ese amor dialogar, con ese amor exponer mi vulnerabilidad.
Ser lo que ofrezco para poder recibirlo, porque si no soy amor, jamás podré reconocerlo, estar listo para recibirlo y vivirlo con todas sus implicaciones y retos. 

Es difícil esperar, es difícil practicar la fe, es más difícil ser amor a cada momento... pero te diré que vale la pena,,, porque no quiero estar con alguien solo por el miedo a la soledad, aunque ese miedo jamás haya existido en mi catálogo, quiero estar con alguien porque elijo estar con alguien y quiero que alguien esté conmigo porque elije estar conmigo, no por necesidad, sino por la búsqueda de expresar y experimentar el amor real. 

Transgresión: idealizar con un realismo surrealista aceptable mi relación.
Transgresión: trabajar en mí para ser lo que espero recibir.
Transgresión: trabajar en mí para poder reconocerlo.
Transgresión: trabajar y estar listo para recibirlo, pues sino, no ha de llegar jamás.
Transgresión: llenarme de amor para compartirlo a raudales.
Transgresión: hablar de esto.
Transgresión: querer esto.
Transgresión: buscar esto.
Transgresión: saber que existe esto.
Transgresión: aceptar la idea que es posible que un amor así no esté diseñado para ser vivido por mí. 
Transgresión: aceptar la idea que es posible que pueda vivir un amor así.
Transgresión: aceptar la idea de soltar y confiar que si ha de llegar, llegará.
Transgresión: disfrutar al máximo cuando haya llegado y dar lo mejor de mí para ti, mi amor bonito TF.
 
 
Y si ha de durar una vida, una temporada, si ha de ser un recuerdo, una memoria, una pasado dichoso, pues que así sea, pero haré todo lo posible desde el amor para que si estamos diseñados para acompañarnos esta vida, así sea.
Mi compañera de vida en el amor, en la risa, en el dolor, en el miedo, en la creación, y en todas las polaridades que se manifiestan sin cesar, pero especialmente en aquella que provoca dicha.  


Te invitaría a ti Ojos que leen a que seas consciente del amor, y que nunca permitas a tu ser estar en una relación dañina, una relación en el que el daño es voluntario y viene desde el ego, porque es válido el miedo y entender que a veces provoca acciones no productivas, lo que no es válido es que pienses que te mereces menos porque no conoces el más.
Eres merecedora de todo lo mejor de la vida, de tu gran amor, de tu gran éxito, de tus grandes pasiones y de todas las sonrisas.
Eres merecedor de todo lo más fantástico que tiene la vida para darte, la vida no sucede porque sí, la vida sucede para ti, la vida que tú vas creando.

Transgresión: dejar a alguien que solo me provoca dolor.
Transgresión: dejar a alguien que no me suma para nada.
Transgresión: dejar a alguien que solo es peso sobre mí.
Transgresión: cargar el peso de dos.
Transgresión: solucionar por dos.
Transgresión: perderme en uno. 
Transgresión: dejar a alguien por mi bienestar.
Transgresión: quererme a mí y volar en libertad.

Ojo: nota cuando estás escapando del amor, por miedo, por inventar razones para irte... esto no es inteligente, podría decir una palabra peor, no lo haré, pero es nefasto. Si huyes del amor, el amor no podrá encontrarte y mucho menos quedarse. 
No huyas de lo que es para ti, ¿cómo saberlo? Escucha tu corazón.

Yo lo hice, y aquí estoy. 
Qué bonito es el amor, es muy bonito encontrar, y mucho más bello manifestar dicha y compartirla. 

Transgresión: quedarme por amor.
Transgresión: quedarme y detectar el miedo.
Transgresión: quedarme porque lo vale. 
Transgresión: quedarme porque lo valgo.
Transgresión: ser feliz con alguien.
Transgresión: mantener mi individualidad a plenitud.
Transgresión: aceptar la posibilidad de cambiar para mejorar.
Transgresión: escuchar para progresar.
Transgresión: ser escuchado para solucionar.
Transgresión: ser amor, ser yo, darme. 

La espera terminó.
Adiós.

 


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