Ensayos sobre la Transgresión

Una de las mayores bendiciones que me ha dado la vida es no tener que estar metido en el tráfico todos los días.
Todavía recuerdo cuando soñaba con tener libertad, libertad de decidir.
Poder tener tiempo de hacer lo que a mí me gusta hacer, lo que alimenta mi espíritu, ya sea leer  ya sea estudiar, ya sea ver a mi familia, amistades, compartir con mi pareja, irme de vieja, Antes solo tenía una visión, un sueño, una semilla mental, eso era lo que quería, y mientras tenía mucho tiempo y  no tenía nada de eso, no tenía ingresos, no tenía nada de lo que veía y quería en mis pensamientos, solo intentos, intentos que hacía de acertar, de emprender, de triunfar, que en definitiva me costaban demasiado, demasiada energía más que tiempo, porque en esos momentos cuestionaba tanto mi presente y mis decisiones, ¿Un médico fracasado que quiere ser empresario? Ni siquiera pongamos escribir sobre la mesa, eso solo había sucedido y no creía en mis letras, al día de hoy no me emocionan mucho mis primeros dos libros, es la verdad, me cuesta trabajo leerlos, ver tantos errores, tantas cosas que pensaba hace 10 años, me cuesta trabajo, es difícil, pero estoy trabajando en entender que fue parte del proceso, y que a veces vale más lo que es más imperfecto que lo que más se acerca a la absoluta satisfacción. Lo intenté, lo hice, de la mejor manera que pude, y debo reconocer que eso es más que suficiente.
Independientemente de ese suceso, me veía con tiempo y libertad, generando de alguna manera ingresos pasivos, flujo de efectivo de manera exponencial, sin la necesidad de que sea yo con mi trabajo o mi tiempo el que produce esos resultados, sino con mi pensar, con mi decidir, con mi estar, y mis actos inteligentes seleccionados. ¿Para qué hacer por hacer? Claro, ahora lo pregunto, pero cuando no tenía nada y no sabía otra cosa, intentaba mantenerme haciendo, ocupado, sentir que estaba haciendo algo para acercarme a mis deseos, aunque la verdad solo estaba haciendo algo, y no necesariamente me estaba acercando.
Agradezco tanto la bendición a la Vida de por un lado darme el deseo y por otro lado la voluntad inagotable de perseguirlo hasta lograrlo.

Hace unos meses sufría demasiado estar en el tráfico, me causaba pesar, me generaba demasiada inestabilidad, demasiada, me sacaba por completo de mi centro, y lo evitaba por encima de todo, hasta que un día me di cuenta, entendí: es solo tráfico.
Y lo que haga yo en este y la forma en que reaccione ante este, es la clave. Entonces el tráfico dejó de tener real importancia en mis reacciones, comencé a elegir cómo sentirme acorde, y así, fue algo del pasado.
Aun así agradezco tanto que no tenga que pasar por eso todos los días, porque siento que se me va la vida ahí, independientemente de que haya opciones para aprovechar el tiempo que se "pierde" ahí.
Para mí el hecho de haber soñado, el hecho de no haberme rendido, y el hecho de haber alcanzado, me hace no haber cometido un suicidio espiritual, matarme a cada instante, haciendo algo que no me gustaba, que no disfrutaba, porque simplemente era lo que tocaba, porque no tuve el valor de atreverme, porque me rendí cuando no veía claridad y solo existía la lucha, afortunadamente no fue ese el caso, y ahora puedo agradecer.
Estoy verdaderamente bendecido, y esto es solo un pequeño pedazo del pastel delicioso que la existencia me ha regalado.
Me lo como lentamente, suavemente, y comparto todo lo que pueda a quien quiera y se le antoje, no vaya a ser que yo me empache por atragantado.

¡Qué gran bendición es la libertad! 
Con ella Soy Yo, con ella Elijo lo que mi Yo desea hacer, con ella Decido mis intereses, compromisos y lo que requiere mi atención, mi energía, mi amor, con ella no tengo a quién rendirle cuentas más que al invididuo más exigente de mi existencia: a Mí. 
¡Qué bendición es sentirme feliz! Aun estando metido en un lugar en donde antes lo único que me provocaba era pesar, sabiendo que es solo parte del viaje, un pequeño período que no tiene para nada porqué afectarme.

Tengo una cita, escribo desde un lugar atípico, 
Se me hace tarde. Nos encontramos... 

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