Memorias de la Transgresión
Desde pequeño se me enseñó a través de la observación que el dinero era mejor no gastarlo, ahorrarlo, guardarlo para futuros inciertos.
El dinero estaba mejor en el banco, que siendo disfrutado, en ese momento no sabía lo que era la inflación, y cómo día tras día se comía el valor del dinero guardado.
No voy a mentir, tuve más de lo necesario, tuve una vida de privilegios esenciales: salud, deporte y educación, en esto, nunca se escatimó, y yo agradezco a mis padres por haberme dado todas las herramientas de tradición para enfrentarme con la vida, especialmente la salud cuando me faltó, el deporte porque me apasionaba tanto, y el saber que estaban ahí ante mis complicaciones en la educación.
Yo sabía que tenía que cumplir en la escuela, pues se me estaba dando todo lo demás, por lo menos todo lo necesario que un niño en crecimiento podría tener.
Podría decir a modo de juego que Santa Claus nunca me trajo lo que pedí, y es algo con lo que en ocasiones bromeamos en casa, pero ahora que lo veo en retrospectiva, me trajo cosas todavía mejores, cosas invaluables, cosas a las que es imposible ponerle un precio.
Mi chip en relación al dinero fue una de las cosas que más me ha costado cambiar, actúe de cierta manera toda mi vida, y a pesar que para mi padre no escaseaba el dinero yo siempre recibía lo justo, nada más que eso, para mis gastos, para mis gustos, para mis agregados personales, pues todas mis necesidades básicas estaban sobradamente cubiertas. Con esa programación era más que esperado que me costara empezar a liberar mi gasto, mi disfrute, pero primero, tuve que re-programar mi consciencia en relación al dinero:
el dinero es bueno,
el dinero sí puede ser disfrutado,
el dinero hay que moverlo, gastarlo, hacer que circule,
el dinero es importante,
el dinero sí puede llegar sin un trabajo ordinario,
el dinero es energía,
yo soy energía,
el dinero se divide y multiplica como en las matemáticas,
el dinero sí viene de los árboles (es papel),
el dinero es algo maravilloso,
la riqueza es noble y bondadosa,
la riqueza es merecida y viable para quien la quiere,
es bueno ser una persona rica,
es mejor ser una persona rica y buena,
es posible,
la libertad financiera existe, y es factible obtenerla,
el dinero puede llegar a través de ingresos pasivos,
los ingresos pasivos existen,
disfrutar el dinero, disfrutar los frutos de mi trabajo, evitar privarme de lo que quiero
darme lo que deseo, disfrutar con mayor libertad, aprovechar los méritos de mi esfuerzo
disfrutar los frutos del proceso de muchísimos años con mayor soltura
Así como te lo cuento, así ha sido mi proceso, una etapa de reconocimiento, otra de deconstrucción, otra de re-hipnotizarme y re-programarme (la más difícil de todas), para posteriormente, regar estas nuevas semillas.
Actualmente estoy en la última etapa: disfrutar con mayor libertad, sin los miedos del pasado que son prestados. Saber con profundidad que mis cimientos son fuertes y que mis cultivos están a salvo.
(Me gusta muchísimo la analogía de los cultivos, las semillas y los bosques, porque aplica demasiado bien para la realidad, en verdad que la naturaleza tiene tanto que enseñarnos si tan solo ponemos un poco de atención.)
A veces siento e-mociones inadecuadas de que algo malo vaya a pasar, o que alguna cosa que no esté previendo vaya a suceder y destruya todos mis cultivos, mis cimientos y mi esencia re-programada. Lo escribo ahora mismo y siento una grandísima resistencia, pero en donde está la resistencia, es donde más hay que trabajar. Me da hasta una ligera ansiedad en ocasiones de cosas que no han pasado y que es prácticamente imposible que pasen, ¿por qué? porque hay una ley que se llama causa y efectos, y las causas son más grandes que esos sucesos circunstanciales, especialmente las causas mayores que vienen del pasado acumulándose, demasiado mayores, demasiado grandes, hay demasiada vibración que viene de atrás y que se materializa en el presente, son solo mis miedos, estupideces, tonterías y jugarretas de la mente, nada más que eso. El miedo a perderlo todo es terrible, se siente horrible, por eso es que mucha gente acapara y otra más no sabe detenerse.
Hay que trabajarlo seriamente, para evitar caer en la torpeza de creer lo falso.
Cuando sabes, cuando realmente sabes, entonces es que ese miedo puede ir perdiendo su poder, que puedes darle poder a las emociones que quieres sentir, a los pensamientos que deseas pensar y con ello, a lo que deseas materializar, hacer real en tu realidad.
Me hallo dispuesto a liberarlo y a dejarlo ir, porque sé que a su forma es una manera de protegerme, pero no me protege, al contrario, podría entorpecerme la vida, y lo que deseo es fluidez, no dispararme en los pies.
Con ello, he dado un paso, y ya llevo cientos de miles de pasos hacia adelante, es solo que a veces, por razones que no logro comprender, sin justificación alguna, se presentan estas sensaciones, pánico, disgusto y desagrado, ¿por qué? Si sé que esto que tengo lo merezco, y que todo lo que me ha traído la vida es porque es para mí, no se lo he quitado a nadie, es porque son mis sueños y mis sueños fueron diseñados exclusivamente para mí, y si son para mí, y si yo hice lo debido para alcanzarlos, entonces no hay razón en este mundo que pueda quitármelos, pues lo que es para mí llega y se queda, y lo que no, toca a la puerta y se va, sin siquiera tenga yo que dejarlo entrar.
Esta última etapa tiene su chiste: saber a consciencia que esto tiene solidez, que no se va a destruir, que los que se benefician están a salvo, y que yo también. Poder soltar y confiar en que disfrutar está bien, y que los frutos exquisitos del sembradío de hace años, es necesario degustarlos, pues bien sabes que todo lo que no se degusta se echa a perder.
Me tengo que ir, tengo una cita, pero pienso que he recalcado lo importante, así que échame porras, yo también te las estoy echando a ti.
Un abrazo.
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